El automóvil se encuentra presente en cualquier ámbito de nuestra vida diaria, se ha convertido en una herramienta de trabajo, que proporciona muchas ventajas y graves desventajas: muertes, emisiones de dióxido de carbono, atascos, ruidos, etc. Por ello, ámbitos tan diversos como la propia industria automovilística, la investigación e incluso los Gobiernos, han aunado fuerzas para mejorar la tecnología del vehículo, tanto en lo que se refiere a las funciones y comodidad del mismo como al grave problema de las emisiones de dióxido de carbono.
Los fabricantes de coches y las compañías químicas continúan investigando con el objetivo de diseñar un coche inteligente y ecológico que pueda salir al mercado para el beneficio y seguridad de todos.
Los coches del futuro poseerán sistemas electrónicos inteligentes que velen por nuestra seguridad. De este modo dispondrán de las siguientes ventajas: asistencia en la frenada de emergencia, cámara en los retrovisores, control de los neumáticos, etc.
El Parlamento Europeo intenta conseguir para el 2010 que todos los vehículos de serie lleven incorporados el sistema de emergencia europeo eCall, servicio panaeuropeo de llamada de emergencia desde el vehículo. En caso de accidente, el sistema llamará automáticamente a los servicios de emergencia y les proporcionará la localización del vehículo.
Asimismo, se instalará un software programado en una PDA que será el encargado de decirte sobre el estado de las vías, si hay accidentes, cuál será la ruta más corta para llegar a tu destino, y se podrá comunicar con otros autos que tengan el mismo sistema para ponerse de acuerdo y tomar las rutas menos congestionadas.
Por otro lado, aunque los combustibles fósiles actuales, gasolina y gasóleo, serán mayoritarios durante los próximos diez años, irán apareciendo otros como el hidrógeno. Las compañías químicas siguen investigando con el objetivo de alcanzar un nuevo combustible sintético, ecológico e inagotable, elaborado a partir del gas obtenido de plantas y residuos vegetales. Este ecofuel permitiría que se redujeran los consumos y las emisiones y se acabara con la dependencia del petróleo.
Aunque sea una ficción, los investigadores estadounidenses trabajan en el desarrollo del vehículo inteligente del mañana que será capaz de conducir sin ayuda humana, aunque esto debería ser una realidad para el 2030. El desafío tecnológico es programar el coche para que pueda no solamente reaccionar a su entorno, sino comprenderlo y ser capaz de anticiparse.
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Los fabricantes de coches y las compañías químicas continúan investigando con el objetivo de diseñar un coche inteligente y ecológico que pueda salir al mercado para el beneficio y seguridad de todos.
Los coches del futuro poseerán sistemas electrónicos inteligentes que velen por nuestra seguridad. De este modo dispondrán de las siguientes ventajas: asistencia en la frenada de emergencia, cámara en los retrovisores, control de los neumáticos, etc.
El Parlamento Europeo intenta conseguir para el 2010 que todos los vehículos de serie lleven incorporados el sistema de emergencia europeo eCall, servicio panaeuropeo de llamada de emergencia desde el vehículo. En caso de accidente, el sistema llamará automáticamente a los servicios de emergencia y les proporcionará la localización del vehículo.
Asimismo, se instalará un software programado en una PDA que será el encargado de decirte sobre el estado de las vías, si hay accidentes, cuál será la ruta más corta para llegar a tu destino, y se podrá comunicar con otros autos que tengan el mismo sistema para ponerse de acuerdo y tomar las rutas menos congestionadas.
Por otro lado, aunque los combustibles fósiles actuales, gasolina y gasóleo, serán mayoritarios durante los próximos diez años, irán apareciendo otros como el hidrógeno. Las compañías químicas siguen investigando con el objetivo de alcanzar un nuevo combustible sintético, ecológico e inagotable, elaborado a partir del gas obtenido de plantas y residuos vegetales. Este ecofuel permitiría que se redujeran los consumos y las emisiones y se acabara con la dependencia del petróleo.
Aunque sea una ficción, los investigadores estadounidenses trabajan en el desarrollo del vehículo inteligente del mañana que será capaz de conducir sin ayuda humana, aunque esto debería ser una realidad para el 2030. El desafío tecnológico es programar el coche para que pueda no solamente reaccionar a su entorno, sino comprenderlo y ser capaz de anticiparse.